Consúltanos si…

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Consúltanos si…

Tu niña o niño tiene dificultades en:

Actividades básicas de la vida diaria

  • Alimentación
  • Control de esfínteres
  • Regulación del sueño
  • Vestido
  • Higiene personal
  • Comunicación

Las actividades escolares

Su desarrollo sensoriomotor

  • Actividades que requieren coordinación
  • Equilibrio, se cae fácilmente
  • Torpeza motora
  • Lateralidad no bien definida
  • Movimientos poco fluídos

Habilidades en el desempeño de las tareas

  • Le cuesta imitar acciones
  • Dificultades para planificar el movimiento.
  • Problemas a la hora de seguir acciones de varios pasos (el niño puede “perderse” en la mitad de la tarea, no la completa, se le olvida qué paso viene después…).
  • Necesidad de muchos intentos ante el aprendizaje de nuevas actividades.
  • Parece no saber como coger las cosas o utilizar los objetos

Regulación y conducta

  • Respuestas lentas/inadaptadas ante cambios imprevistos.
  • Nivel de alerta bajo, lentitud, apatía
  • Muy excitable y nervioso
  • Reacciones de miedo
  • Se frustra y enfada con facilidad
  • Escasa motivación
  • Problemas de conducta

Reacciones a estímulos sensoriales

  • Rechazo a algunas texturas (alimentos, ropa, etc.).
  • No le gusta nada mancharse, que les corten las uñas, el pelo…
  • No tolera los cambios de postura, no le gustan los columpios, se marea fácilmente
  • Está continuamente en movimiento, muchas veces es desorganizado.
  • Busca actividades de mucha intensidad (saltar, chocarse, arrastrar, empujar…)
  • Controla poco su fuerza, rompe cosas
  • Le gusta dar vueltas sobre sí mismo, rodar por el suelo, se pone cabeza-abajo…
  • Se tapa los oídos ante ruidos que no deberían molestar

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Problemas en las AVD’s

Podemos dividir las actividades de la vida diaria en dos:

Actividades básicas de la vida diaria dentro de las que encontramos el vestido, alimentación, sueño, higiene, ir al baño…

Actividades instrumentales de la vida diaria como el manejo del dinero, hacer llamadas, emplear un medio de transporte, ordenar, cuidar a los otros/mascotas/plantas, colaborar en las tareas de casa, hacer los deberes…

Cuando encontramos dificultades en alguna de estas actividades, puede suponer que sea necesaria una supervisión y/o apoyo constante de los padres y más tiempo del esperado para su buena ejecución.

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Motricidad fina

La motricidad fina es una habilidad muy presente en las actividades de la vida diaria, como puede ser en el vestido (atarse los cordones, abrochar/desabrochar cremalleras y botones…), escuela (escritura, recortar, pasar páginas…), en definitiva aquellas tareas en las que tengamos que manejar y manipular con precisión objetos y herramientas con las manos. La lengua también realiza movimientos finos y precisos para articular los diferentes sonidos en el habla y en la alimentación.

Para el desarrollo de una buena motricidad fina es necesario el desarrollo de unas funciones sensoriomotoras previas. Necesitamos una buena percepción y discriminación táctil (textura, tamaño, forma..), que nos de un feedback para saber cómo mover los dedos en el manejo de estos objetos; un buen cálculo del peso y maleabilidad del objeto para saber cuanta fuerza exactamente debemos emplear en la tarea…

Además, las actividades manipulativas no dependen únicamente de manos y dedos. Para poder tener una buena pinza para la escritura y otras tareas de precisión necesitamos que nuestra mano-muñeca tengan una buena extensión y que una parte de la mano mantenga se mantenga estable para disociar los dedos. También necesitamos que los músculos de todo el miembro superior estén bien coordinados, estabilidad de la musculatura del hombro y que haya una buena base postural en todo el tronco.

Si esta base previa no está bien establecida, supondrá un mayor esfuerzo y dificultad realizar aquellas tareas manipulativas y de motricidad fina. Esto puede generar evitación, rechazo, dependencia y/o sentimiento de fracaso o pobre autoconcepto.

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Dificultades de aprendizaje

La escuela es un área de mucha importancia en la vida diaria de los niños y las niñas. Dentro de este área se dan diversas situaciones (el tiempo del aula, del patio, el comedor, las actividades extraescolares, los deberes en casa…). Cada uno de estos contextos presenta diferentes retos y requieren de respuestas específicas y adaptadas a cada una de ellos.

Problemas en la lecto-escritura: aprender a leer y escribir es un complejo aprendizaje que requiere del buen registro, discriminación y modulación de los sistemas sensoriales visual, propioceptivo, táctil, vestibular y auditivo. Cuando no hay un buen procesamiento de estas informaciones sensoriales, puede reflejarse en problemas con la copia de figuras/letras, desorganización y cansancio en la escritura, letra ilegible (demasiado grande/pequeña, amontonada…).

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Retraso o dificultades psicomotoras

Aunque cada persona es única y tiene un desarrollo único, la literatura resalta un periodo similar (con variaciones) en el cual los niños y niñas van alcanzando los hitos del desarrollo psicomotor. Puede suceder que, por algún motivo de salud, físico, sensorial o cognitivo, este desarrollo se vea alterado y por tanto no se produzca al ritmo o de manera considerada “típica”.

Una oportuna y adecuada intervención desde Terapia Ocupacional va a dar la base al sistema nervioso central del niño/a para facilitar el alcance de esas habilidades o realizar modificaciones en la actividad y el entorno que le permitan al niño o niña desenvolverse de manera más funcional en su día a día.